Angel/Arcangel Cassiel
Cassiel, su nombre significa “velocidad de Dios” o “conocer a Dios”. Príncipe de las Potestades, mejor conocido como el ángel de la templanza, el arcángel del silencio, de la soledad y de las lágrimas; él entiende nuestro dolor, ese sufrimiento e impulso que nos lleva a alejarnos de todo y de todos, pues según se dice, vivió mucho tiempo entre los hombres hasta que no pudo más con tanta desolación e injusticia, marchándose para regresar al cielo y optar por el retiro voluntario; podría decirse que es un arcángel ermitaño, quien no se asocia ni trabaja con otros, señor del karma, encargado de la protección y justicia divina. por lo que es quien trae y manifiesta una pronta respuesta a nuestras plegarias cuando se hacen desde el corazón.
Color: Gris.
Piedra: ópalo blanco, la obsidiana, el ónix y la turmalina negra.
Flor: lirios de color blanco y las violetas.
Tiene la misión de restablecer el equilibrio cuando éste se ha perdido de forma que, puede transmutar las energías de aquellos que se lo solicitan, balanceando los opuestos como la luz y la oscuridad, la felicidad y la tristeza, la energía femenina y la masculina, la calma y la ansiedad, entre otros; armoniza los chakras ya que su presencia emana una profunda serenidad, es el ser espiritual por excelencia que acompaña a aquellos que viven o se sienten en soledad, cuida de los ancianos con misericordia, nos permite entender la relación entre el tiempo y la muerte desde el amor, el desapego, la compasión y el perdón. Te ayudará a sanar los traumas de la infancia y la adolescencia, aquellos asuntos pendientes que aún no has podido superar y soltar y hasta la depresión en sí misma porque te dota de la fuerza vital que nace de la espiritualidad para que vivas tu vida de la mejor manera según sea el plan divino. De cierto modo, es el ángel de la destrucción, pero a su vez de la renovación y unión consigo mismo y con la divinidad.
Regente de la vida en el océano por lo que la profundidad y el silencio son lo suyo, nos ayuda a entender como todo lo que hacemos tiene efecto en nuestra vida y en la de los demás, también nos muestra cómo vencer los obstáculos que se presentan a lo largo del camino, a elevar nuestra frecuencia vibratoria cuando lo necesitemos, a tomar decisiones acertadas, a resolver conflictos desde el amor incondicional.
Cassiel es el arcángel de los imposibles, puede derribar muros inmensos con tal de sanarnos, mostrándonos como afianzar la paciencia, entendida como el arte de estar en paz con nosotros mismos, con los demás y con todo lo que hagamos. También con su poder erradica el mal o la negatividad en todas sus formas.
Repite su nombre varias veces y sentirás como te invade una profunda calma, esperanza y sosiego, resultado de su energía reconfortante que te cubre lentamente, es importante saber que este ser de luz al estar asociado con las polaridades puede enseñarte ambas caras de la moneda, es decir, su lado dulce, amoroso, sereno y tranquilo o su lado cruel, apático, severo e intransigente, sin permitirnos olvidar que entre ambos estados existen un sin fin de matices que se traducen en esperanza.
Es el ángel de Capricornio y Acuario, y por supuesto de capricornianos y acuarianos (junto con Uriel por Urano). Uno de sus atributos es conocer las frecuencias y por lo tanto preside los delfines, y la vida oceánica en general, su nombre se escribe Cassiel , Cassiel o Casziel.
Oración
Bendito seas Soberano, Padre de los cielos y tierra, hacedor de maravillas inconmensurables, fuerza divina de la gracia, en ti que eres verbo, emanó la vida, y de tu glorioso nombre, surgió todo. Mucho más de todo lo que pueda llegar a imaginar. Bendito seas Patriarca Perfecto de la vida. Yo te pido, especialmente, amado Padre de los cielos, que por la intercesión del Arcángel Cassiel, intercesor por excelencia de tu palabra, hagas llegar a mi aquello que debo recibir y aquello que debo aprender, bajo el más poderoso y puro manto, de tu piedad inmedible a los ojos de un humilde ser humano como yo; para que mi estructura y acción en éste mundo tengan el cuerpo, peso y expresión de tu fuerza creadora. Para que la reflexión, abra paso rápidamente a tu providencia divina, y para que el mundo todo, recuerde día a día lo indivisible de tu grandeza, pues ninguna palabra te puede contener. Te lo pido también, en el nombre de tu Santo Hijo Jesús, en el nombre del Espíritu Santo, y de la Bendita Virgen María, ahora y siempre, por los siglos de los siglos ¡Amén!